Desafiante, me planté frente al espectro.
-No puedes acaparar todo el conocimiento para ti solo...
Después de un momento de tensión breve, sonreí maliciosamente.
-Como quieras... No necesito más de ti.
Me fui a dar la vuelta, ignorando al espectro.
De repente, un ruido, como un golpe seco, sacudió la sala.
-¿Qué ha sido eso?