La emboscada

Decidí acampar en un cementerio, era un lugar lúgubre, en el que se había levantado un poco de niebla. Después de pensarlo un poco decidí que no corría mayor peligro allí que en otro lugar, asique me apoye en una lapida grande y me dormí.

Me despertaron ladridos de perro, saque las lentes... ¡Eran los mercenarios!

- ¡Mansold, sabemos que estas aquí, sal!- su tono autoritario denotaba enfado y furia, como eran más de 10 decidí esconderme detrás de una lapida, ya que no me fiaba de sus intenciones, aunque los perros podrían dar fácilmente conmigo. - ¡Venimos a arrestarte por traición, has traicionado a la humanidad y a tus hermanos, vimos que no los ayudaste contra ese vampiro en el bosque, te escondiste!

- ¡COBARDE, TRAIDOR! - grito otro.

- ¡Ahórranos el buscarte, sal ahora y puede que nos mostremos indulgentes! - solo había una cosa que podía hacer, aprovechando la niebla, saque el arco y dispare contra los perros, que eran los únicos que podían seguir mi olor.

Se oyeron varios aullidos, no sabia si los había matado o los había herido, pero había delatado mi posición, por lo que huí a una zona de arboles cercana al cementerio mientras gritaba -El vampiro no era cosa mía, el no me hizo nada y si me visteis, vosotros tampoco hicisteis mucho por aquellos sarafan, asique sois igual de cobardes que yo.- la pulla tuvo el efecto deseado y todos corrieron en mi dirección.

Saque el hilo de pescar y lo até a varios arboles, ellos se acercaban deprisa, me subí a uno de los arboles y espere a que cayesen en la trampa. Con un sonido sordo, el primero tropezó con el hilo y callo, a él le siguieron la mayoría, en ese momento caí del árbol detrás de aquella masa de cuerpos y con la espada empece a cortar, fueron desangrándose uno tras otro, cuando consiguieron levantarse y sacar las espadas solo quedaban cuatro. Hice un amago de ataque al primero, el cual se lanzo rápido al contraataque, pero en el ultimo momento, esquive su espada y le corte con la mía el brazo de la espada, la soltó y le corte el cuello. El segundo estaba ya sobre mi, pare su estocada e intercambiamos algunos golpes, pero yo era más ágil, encontré un hueco en su defensa y le corte el vientre. se dobló sobre sí mismo. En ese momento el tercero y el cuarto me atacaron al mismo tiempo, pero sabía que solo me tenía que preocupar por el cuarto atacante, sin esperarse mi rápida reacción le ataque quedando desprotegido ante el ataque del tercero, pero cuando su espada estaba apunto de alcanzarme, se quedo quieto, se había enganchado con uno de los hilos que había puesto, lo cual me esperaba y le liquide rápidamente.

Cuando paré, un cansancio súbito se apoderó de mi y tuve que apoyarme contra el árbol mas cercano, cerré los ojos y me volví a dormir, con un montón de cuerpos a mi alrededor.