Encontrando Misterios

Cuando la mujer me dejó sentí como un escalofrío me recorría toda la columna... Estaba en una especie de templo increíble y más atrás el pantano por el que había renacido como espectro...

Entré decidido, sin saber que las puertas se cerrarían a mi paso, no me importaba, ya hallaría el modo de abrirlas...

A lo largo de esta antigua cripta, sendos murales mostraban escenas de los alados... La guerra
apocalíptica contra Los Hylden, la creación de los pilares... La segadora...

- ¿la segadora de almas? - me detuve atónito ¿que tendría que ver aquel lugar con la espada serpentina de cuya alma me había ligado... En una ocasión...

Miré mi mano derecha, sentí un vacío en mi interior de nuevo... Ya nunca tendría aquella arma y aun así me había librado de un destino atroz...

Seguí adentrándome más en el misterio... La segadora había vuelvo a abrir mi curiosidad...

Donde la oscuridad era casi infranqueable encontré una especie de altar, bajo un enorme cristal oscuro y un símbolo... Círculos concéntricos, uno que eclipsa el otro... El símbolo de la oscuridad...

- esto es... Impresionante... Pero... - miré a mi alrededor, en el suelo del altar estaba el mismo símbolo y un hueco en forma de espiral. Me agaché y observé, hay estaba de nuevo el símbolo de la segadora...

- Parece... Una fragua...¿la segadora necesita ser forjada? -

Comencé a replantearme las cosas desde otro punto de vista. ¿no era verdad que cuando tenía la segadora espectral la sentía bacía, que le faltaba algo importante?

Me aparté del altar, ya no había puertas por ningún sitio... Solo bloques por donde se dejaba caer algún que otro rayo de luz... Y unas planchas metálicas, parecido a unos escudos reflectantes, pegados a unas enormes piedras... En el suelo vi marcas de rasponazos...

- umm... Puede que... - me acerqué a uno de ellos y clavé mis garras en la piedra. Sentí que podía girarlo. Así lo hice.

Cuando la luz iluminó una de las paredes, esta se abrió y reveló un camino, sellado por algunas verjas. Me acerqué, dispuesto a abrirme camino pero me lo replanteé mejor al ver la estructura de la sala. El lugar era demasiado antiguo... Tal vez si tirase las verjas se derrumbaría mi nuevo camino.

- que suerte tenía antes cuando era espectro y traspasaba estas nimiedades... - entonces volví a tener una idea. Mirando a mi alrededor, me desmaterialicé.

Me puse en guardia esperando algún ataque de mi señor, pero por suerte allí no apareció...
- bastante interesante... - me acerqué a la verja y la empujé con todas mis fuerzas. Lo fui traspasando poco a poco, a mi cuerpo parecía costárle... Pero lo conseguí.

Me materialicé rápidamente, temiendo que mi señor me encontrase... De nuevo otro panel solar... y era móvil... Interesante...

Seguí avanzando. Me hallé en un puesto elevado, no sabía exactamente como volvería a subir... Pero me tiré sin pensármelo. Me dio la bienvenida un esqueleto que me disparó una especie de rayo verde por la boca, ¿sería un guardián del lugar?

- Copiado... - abrí la boca y le devolví el ataque, esquivando el suyo a su vez. Antes de que le diese, desapareció bajo tierra.

Me ardían los ojos - copiado... - los cerré fuertemente intentando quitarme el dolor... Dos habilidades de seguido... Cuando tuviese almas suficientes lo probaría...

Dí una vuelta completa por el lugar... Pero no hallé nada en claro...

- hora de subir de nuevo... - me dije mirando por donde había llegado. Estaba bastante alto... Clavé mis garras en lo que parecía ser planchas de linóleo en la pared y comencé a escalar.

Al llegar arriba me senté en el suelo... Era una tontería volver por donde había venido... Entonces vi más marcas de que algo había sido movido por allí y busqué el objeto en cuestión con la mirada, había un pequeño pilar que sobresalía y estaba adornado con dos hebillas de oro y la marca "S2" en toda su base... Nunca supe que significaba aquello... Moví el pilar hasta el centro. No ocurrió nada.

- vaya... - miré en dirección a la plancha móvil y fui en su dirección, lo giré. La sombra del pilar apareció como bastante material. Pude avanzar por ella y crucé al otro lado.

Al alzar la vista me encontré con una nueva imagen de la segadora

- el arma que tuve era más importante de lo que me esperaba... Tal vez ulquiorra me la quiso arrebatar para mantenerme al margen de tanto potencial... y no para su propio beneficio... -

Cierto era que si hubiese descubierto que la segadora era destinada para un propósito esencial, hubiese corrompido al destino y obtener la venganza deseada sobre Nosgoth...

Observé que por la pared de mi derecha podía avanzar... Y así lo hice. Me encontré con una especie de reloj solar con símbolos pertenecientes a la base de los pilares...

- este lugar... Los vampiros alados... - toqué los símbolos, cuantos recuerdos... Los alados los usaron para mi exilio...

Di un respingo - ¡no puede ser! - aquellos símbolos estaban en los pilares... Aquellos símbolos fueron utilizados para exiliarme... Los pilares se formaron para mantener el equilibrio y mantener en exilio a los Hylden...

- yo... yo... - ¿Había estado al lado de mis enemigos?, ¿en realidad los vampiros alados me llevaron a la misma dimensión que la de los Hylden? Comencé a temblar.

¿como había sobrevivido?, ¿que había pasado en mi exilio?, no me había enfrentado a ellos... ¿o si?, no me hubiesen dejado escapar... ¿se habrían percatado de mi existencia?

La maldición se hizo más presente en mis pensamientos, tal vez sí que tenía algo que ver con los malditos Hylden...

Eran tantas dudas... Tantas, tantas dudas... Despejé mi mente y moví la aguja del reloj hacia la derecha. Un escudo reflectante bajó un poco y dio luz a través de un agujero del suelo. Me tiré por él. Debía hallar respuestas...

Volví a la cámara del altar. Me decepcionó bastante no sacar nada en claro todavía. Al menos gracias a mi el lugar ya tenía mas luz ya que el escudo que había movido reflejaba sobre otro panel y una enorme esfera, de la que no había recaído a causa de la oscuridad reinante, comenzó a iluminarse... Parecía la cara clara y oscura de la luna...

Un poder salió despedido de la espera e iluminó el cristal oscuro. Después de cegarme vi que todo volvía a la normalidad... A excepción de una cosa... La fragua había sido activada...

Me acerqué e intenté aferrarme a la oscuridad que sobresalía de la fragua. Luego introduje el brazo por donde debería encajar la segadora espectral. Comenzó a inundarme una sensación de bienestar, el poder de la oscuridad recorría mi cuerpo a sus anchas.

Pero dicho poder, no era para mí.

Después de la paz que estaba sintiendo, la energía oscura me tiró para atrás y salió despedida hacia el cristal. Parecía a punto de estallar.

- Guardianes... Que he hecho... - Corrí, no podía dejar que el cristal se destruyese, aquel lugar era demasiado valioso como para dejar que desapareciese.
Todo temblaba a causa del agravio cometido. El templo se derrumbaría si no hacía algo.

Llegué hasta el escudo que iluminó la esfera y lo arranqué de su sitio. Todo volvió a la normalidad, pero la oscuridad seguía dentro de mi...

Nunca debí haber movido nada... Me sentía responsable de no permitir que nadie se hiciese con aquellos secretos nunca. Volví sobre mis pasos, portando siempre aquel escudo.

Moví el reloj solar al lado contrario y la plancha volvió a lo alto del techo. Cuando salí de allí aquella entrada se cerró, junto con la imagen de la segadora que había en lo alto. Si no había luz, no había pasadizo...

Moví el pilar con las hebillas de oro a su posición original y la sombra desapareció, cortando el paso de nuevo. Pensé que tendría problemas para cruzar la verja portando el escudo; pero para mi sorpresa, se levantó sola y me dejó pasar. ¿era acaso por portar el poder de la oscuridad o sería el propio escudo?, la verdad es que no pensé en los hechos... Solo quería rectificar mis actos...

Ni siquiera sabía que la oscuridad me había poseído.

Sin pensarlo, moví demasiado la plancha móvil que me mostró el camino de la pared, el del altar. Reveló otro camino a seguir, esta vez sin nada que se interpusiera en mi camino.

- haber si hallo algún lugar para este objeto... - dije agarrando fuertemente el escudo. Seguí aquel camino.

Llegué a una especie de patio con unas enormes escaleras que llevaban a otra planta elevada. Fui directo y comenzaron a hundirse a mi paso. Solo quedó una elevación sujeta por una extraña planta en el centro del patio.

Seguí mi camino, daba igual que nadie pudiese subir mas que yo. Incluso, lo prefería.

Llegué a un pequeño artilugio donde posé el escudo. Allí estaría a salvo, lo presentía.

Volví sobre mis pasos al patio. Antes de tirarme, por falta de escaleras, me acerqué a nuevos murales que explicaban hechos de la guerra. Como siempre... La segadora de almas... Alabada por los vampiros alados, el arma de su salvación...

- Mi arma... - toqué la figura de la segadora, aunque fuese la material... - Ulquiorra... - apreté el puño contra la representación. Me acordé de Allen... Mi hermano en esta nueva vida y de los ojos verdes de Ulquiorra...

Siempre maldije aquellos ojos... Hylden... Seguro que él también tenía algo que ver con ellos; pero verdad era que le debía una disculpa.
Relajé la presión de mi puño y miré la segadora, los vampiros alados luchando contra los Hylden.

Tres vampiros alados con sus poderosas lanzas cargaban con saña sobre sus enemigos. El del centro tenía el pelo negro como la noche y su lanza de tres puntas... ¿de tres puntas?
Me acerqué, incluso me aparté el pelo de los ojos pues no creía lo que veía. Parecía ser que era cierto... Ryuken...

¿por que estaba representado en los murales?, ¿y esos que le seguían?, más incógnitas en mi camino... y yo sin saber porqué los Hylden...
Me tiré al patio y corrí hasta la sala del altar, quería salir de allí ya, lo necesitaba...

Llegué al primer mural que se halló en mi camino al entrar en la fragua...
- Ryuken... - si, el vampiro alado que portaba la segadora en ese momento... De nuevo, el hermano de Zalafia estaba como ser portador de la segadora.

- maldita sea... El pasado también me guarda secretos... ¿el destino me aguarda algo o soy solo un peón para poner en orden las cosas y... Propiciar al salvador...? - agaché la cabeza, eso sería lo más común en mi camino. No servir más que para el equilibrio de las almas...

- que así sea... - Estaba dispuesto a descubrir quién sería el nuevo portador de la segadora, de proteger al héroe profetizado... Si hacía falta... Conseguir la segadora de nuevo...

Estaba convencido de que aquel era mi destino, algo dentro de mí me lo decía.

Me recorrí la fragua al completo, pero no hallé nada nuevo. Recapitulé todo lo que había encontrado, ya a las puertas cerradas del templo:

La guardiana dijo que la única maldición que hallaría sería por mis propios actos, que solo uno mismo se maldecía.

Pero al adentrarme en la fortaleza caí en la cuenta de que los vampiros alados me exiliaron con los mismísimos Hylden... Y había salido sin ninguna marca, ningún indicio de haber peleado con ellos... Ningún recuerdo de ello...

Ryuken luchó en la guerra, nada nuevo en un alado, pero portó una vez la Segadora de almas... ¿quienes serían aquellos otros, esos dos alados que le acompañaban, con lanzas como la suya?

La segadora era el arma para el héroe, el salvador de Nosgoth... El cual quería saber... Si la guardiana me había llevado allí era para algo verdaderamente importante, tal vez para encontrar a dicho héroe, o simplemente para aguardar allí para toda la eternidad...

Me acerqué a las puertas, si, estaban fuertemente selladas... ¿y ahora que hacía?

Vi como las puertas se habrían e intrigado salí fuera, pero no había nada... Ni un alma...

Las puertas se cerraron a mi espalda. Era libre de nuevo, y debía hallar respuestas...